Una lágrima es la expresión más fuerte
que un sentimiento pueda materializar.
Una lágrima no se finge,
al igual que podría fingirse una palabra,
un apretón de manos, un abrazo o un beso.
Una lágrima no brota sin que caliente el corazón,
aún cuando la ausencia enfría la piel.
Es una gota de recuerdos, de momentos invaluables,
del por qué lo extrañamos y del por qué lo quisimos.
Y más invaluable viene siendo Edwin,
porque con tantas lágrimas que derramamos,
juntando todas no darán otra persona igual a él.
Pero esas mismas lágrimas son
las que plasman cada recuerdo,
su calidad de persona,
y brindan homenaje
a cada momento vivido.
Edwin Barquero
20/11/1985 - 13/11/2008
20/11/1985 - 13/11/2008
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